En marzo de 2013, Jorge Bergoglio, después
de su instalación en el Vaticano como el Antípapa Francisco (antipapa, porque él es un
completo hereje manifiesto), pareció profetizar inconscientemente – en total armonía con la profecía católica de San Malaquías, según la cual él sería el
último pretendiente al papado (para corroborar, véase Mateo 24, Lucas 21, 2 Tesalonicenses 2, Apocalipsis, La Salette y El Tercer Secreto de Fátima) – la
inminente llegada del fin del mundo.
“Hermanos y hermanas, buenas tardes. Como todos sabéis, el deber del cónclave era dar un nuevo obispo a Roma. Parece que mis hermanos los cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo... pero aquí estamos”.
Recientemente, después de la candidatura de
Roma, Italia como la ciudad sede de los Juegos Olímpicos de 2024, Francisco parece
nuevamente haber ofrecido otra profecía inconsciente sobre el tiempo que le
queda a la Tierra y a la humanidad antes de la segunda venida de Cristo.
(ver a partir del minuto 2:00)
“Mis mejores deseos para la candidatura de Roma como sede de los Juegos Olímpicos de 2024 – yo no estaré allí”.
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